LOS ADIVINOS Y EL AEROSOL

Tenía ganas de escribir de compartir estas lineas con Vds. antes de regresar...

Comenzó el campeonato sin mayores novedades. Los equipos se reforzaron pobremente. Algunos dentro de sus presupuestos y otros, como siempre ocurre, gastando un dineral en jugadores de nivel reservado. La excusa es la de siempre: abajo no tenemos nada.  Quedará nuevamente demostrado que en el medio local podrán jugar sin mayores inconvenientes. Los rodeará la mediocridad.

 Me parece muy buena la actitud de los directores técnicos y dirigentes que confían en los jugadores que se iniciaron en sus clubes. Muchos están en condiciones de jugar en la primera división. Es una muy buena manera de invertir y, además, no hay una gran diferencia con aquellos que dicen valer millones.

Pasaron 90 minutos de juego y ya algunos de mis colegas comienzan a candidatear equipos. De la misma manera que viendo jugar bien un partido a determinado jugador, ya lo promocionan como un futuro crack. Varios sobornados por los empresarios. Otros para que  los reconozcan en un futuro, no muy lejano, como los descubridores de Juancito Pichicuchi.

Recuerdo que cuando Diego jugaba en Argentinos Juniors, más de uno negaba sus brillantes condiciones. Que era livianito, que no tenía estabilidad, un zurdito hábil....Simplemente no lo "vieron". Por aquel entonces los titulares de los medios se los llevaba el "Pelé blanco". Era el Beto Alonso. Un gran jugador que está en la memoria de todos.

De pibe, Diego, jugó en los campeonatos "Evita" y Mauro Viale lo cobijaba en su habitación. A su equipo lo llamaban "los cebollitas". Cuando llegó a la primera, los hermanos Gonzalez de canal 9 me dieron trabajo por recomendación de mi hermano mayor Julio Ricardo. Me habían echado de canal 7 con la inestimable colaboración del antiperonista almirante Lacoste. Gerardo era el diréctor artístico y Gustavo el productor de "Domingos para la juventud". Pasaban los goles de algunos partidos. Mientras mis compañeros pedían cubrir a River o Boca, Gus me dejaba seguir al Argentinos de Diego. Jorge Cysterpiller, por aquel entonces su representante, se desvivía pregonando que iba a ser el mejor jugador del mundo. 

Algo parecido ocurre con los equipos. El que ganó y jugó bien la primera fecha ya es un aspirante firme al título. Recuerdo un River de Daniel Passarella que no pudo ganar en las primeras tres fechas de un torneo. Ya sé que adivinaron quien fue el campeón: River Plate. Peor les fue a los que le erraron a un Campeón del Mundo. En realidad no les pasó nada. Nunca pasa nada... 

Me encanta el spray. Hace mucho mas divertido los tiros libres. Los jugadores se siguen adelantando y los árbitros continúan sin amonestarlos. Habría que ponerlo delante de los arqueros en los penales. También en los corralitos de los directores técnicos. Detrás de los arcos para cuidar la invación de los reporteros gráficos. En la mitad de la cancha a los jueces asistentes para que no se crucen al otro sector. Al gordito Tití y a Marcelito Benedeto. A los policias , a los perros que no dejan ejecutar los tiros de esquina, y a los bomberos. No nos olvidemos de las hinchadas. Hay que marcar la línea después del alambrado. Si hay invasión se deberá cobrar un tiro indirecto para el equipo contrario. A los fiscales de turno que van a ver River-Boca dentro de la cancha. En los palcos oficiales a los políticos e influyentes que les dan entradas de favor cuando juega el seleccionado. A mis colegas cuando les sirven los sandwichitos en el entretiempo. A los que lo avalaron y aprobaron mis felicitaciones. Es un invento maravilloso.

De la tecnología ni que hablar. Sigamos detenidos en el tiempo. El atraso nos queda muy bien. 

¡Viva el aerosol!